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sábado, 31 de diciembre de 2011

¡FELIZ AÑO 2012!



Historia de un reloj famoso.

El 6 de noviembre de 1866, un numeroso grupo de madrileños se agolpa en el centro de la Puerta del Sol, todos miran la torre del Ministerio de la Gobernación, en ella se está instalando un enorme artilugio, es un reloj de cuatro caras, regalo de José Rodríguez Losada, prestigioso relojero leonés.

Construido en Londres, lo ha donado al pueblo de Madrid, dicen que como muestra de admiración hacia la reina Isabel II.

Trece días después, el 19 de noviembre, una multitud se agolpa para ver los primeros movimientos de las manecillas de tan singular aparato que cuenta con un orificio por el que, al dar las 12, una bola desciende y señala que comienza un nuevo día.

Pero los primeros días el relojito fallaba más que una escopeta de feria, hasta tal punto que algún parado con ínfulas de poeta, repartía octavillas en las que se podía leer:

Este reloj tan fatal
que hay en la Puerta del Sol
-dijo a un turco un español-
¿por qué funciona tan mal?
Y el turco con desparpajo
contestó cual perro viejo:
«Este reloj es el espejo
del Gobierno que hay debajo».

Poco a poco Losada va corrigiendo los fallos y pronto el reloj de la Puerta del Sol se convirtió en un emblema de Madrid, punto de referencia y lugar de cita la noche de San Silvestre.

Este reloj marcaba la hora de salida de las diligencias y coches de alquiler y ha sido escenario de múltiples acontecimientos de todo tipo.


En 1990 se paró pocas horas antes de despedir el año. El cable de una de las cámaras de Televisión Española se enganchó con las piezas del reloj y lo dejó atascado.

En la Nochevieja de 1996, el reloj se aceleró y en lugar de los 30 segundos aproximadamente que tarda en dar las campanas lo hizo en 17 segundos. -Todavía hay alguno que sigue escupiendo las uvas-.

En el 2005 un “mentalista” trató de parar el reloj durante 3 minutos, cosa que indudablemente no consiguió.

La tradición de tomar las 12 uvas el 31 de diciembre se remonta a principios del siglo XX, cuando en el año 1909, un grupo de viticultores alicantinos que no sabían qué hacer con el excedente de la cosecha, pensaron en darle salida pregonando que consumir uvas el día de Nochevieja daba buena suerte para el siguiente año.

Las primeras campanadas que se televisaron fueron en diciembre de 1962, y desde ese momento, nunca se han dejado de retransmitir.

Los maestros relojeros de “Casa Losada“, encargada del mantenimiento del reloj más televisado de España, serán los responsables de que todo funcione a la perfección.

¡¡ Feliz Año 2012!!


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